martes, 11 de marzo de 2014

ANDRÓGINO


- Pase, pase.
- Buenos días, doctor.
- ¡Vaya! Un diván. ¿En serio?
- No, solo es una camilla. El diván lo ve usted… ¿Qué le ocurre?
- Creo que soy un ser andrógino.
- ¿Cómo dice?
- Sí, creo que soy un ser sin definición.
- Ya veo. Y ahora mismo, ¿en qué lado se encuentra?
- En el del diván.
- ¿Le sucede a menudo? Digo lo del diván.
- No, a veces solo estoy en una camilla.
- ¿Y qué siente cuando se encuentra en un diván?
- Dosis de fantasía
- ¿Y cuando se encuentra en una camilla?
- Dosis de realidad.
- ¿Por qué cree que es andrógino?
- Porque soy un ser extra-ordinario.
- Le habrán contado, pues, probablemente, que Platón nos refería la existencia  de un ser llamado andrógino; este ser reunía en sí a los dos sexos: el sexo femenino y el sexo masculino. Estos seres contaban con cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros y una sola cabeza. Tales cuerpos resultaban muy vigorosos y concibieron la idea de combatir a los dioses. Zeus, entonces, planeó un medio para debilitar a los seres humanos: dividirlos en dos. Desde entonces los humanos tuvieron que caminar sólo con dos piernas. Hecha esta división, cada mitad hace esfuerzos para encontrar a su otra mitad. Cada uno de nosotros, diría Platón, "no es más que una mitad de ser humano, que ha sido separada de su todo como se divide una hoja en dos."
- Sí, sí, pero yo no busco a mi otra mitad. Sé que la tengo, en mí. Pero nunca estamos juntos.Hay momentos del día en que soy diván y hay momentos del día en que soy camilla. Pero no me refiero a esos seres. A ellos ya los han soñado y son uno. Yo soy un ser con ambos sexos en mí que aún no ha sido concebido y, por tanto, aún no he sido definido.
- ¿Cree que es genético?
- No creo, aunque mi madre tiene un lado femenino muy poderoso.Creo que me soñará como mujer, definitivamente seré diván.
-Espérese a nacer, Elsa y deje que mientras comiencen a soñarla. 

Habitante, gracias por inspirarme...